La importancia de que los hombres participen en las manifestaciones feministas

La importancia de que los hombres participen en las manifestaciones feministas.

El feminismo, en su esencia, no es una lucha exclusiva de las mujeres, sino un movimiento por la igualdad de género que nos concierne a todas las personas. Sin embargo, aún persiste la idea de que la participación masculina en las manifestaciones feministas es innecesaria, incluso intrusiva. Esta percepción no solo es errónea, sino que también limita el impacto del movimiento. La participación activa de los hombres en las manifestaciones feministas no solo es bienvenida, sino que resulta crucial para acelerar el cambio social.


Romper con el silencio masculino.

El patriarcado, que es el sistema que el feminismo combate, no afecta únicamente a las mujeres. Lo que resulta innegable es que los hombres son quienes ocupan la mayoría de posiciones de poder y, a menudo, perpetúan prácticas y actitudes discriminatorias, conscientes o no de ello. Participar en manifestaciones feministas les brinda la oportunidad de romper su silencio frente a las injusticias y de evidenciar un compromiso activo con la igualdad.

Quedarse al margen no es neutral. Es una forma de perpetuar el statu quo. La presencia masculina en estos espacios puede demostrar que los hombres no solo reconocen los privilegios que les otorga el patriarcado, sino que también están dispuestos a utilizarlos para cuestionarlo y desmantelarlo.



Reeducarse y ser aliados visibles.

Las manifestaciones feministas son espacios de aprendizaje y reflexión, no solo de protesta. Al participar, los hombres tienen la posibilidad de escuchar las experiencias de las mujeres, comprender las dimensiones del problema y repensar sus propias conductas y prejuicios. Este tipo de interacción tiene un impacto transformador.

Además, los hombres tienen un papel importante como aliados visibles. Su presencia no debe ser para ocupar el protagonismo ni para “salvar” a nadie, sino para acompañar y amplificar las demandas feministas. Cuando otros hombres ven a sus compañeros o conocidos participando en estas manifestaciones, se abre la posibilidad de normalizar la idea de que el feminismo no es una lucha “de ellas”, sino de todos.


Enfrentar la resistencia social.

Otro motivo por el que los hombres deben participar es para enfrentar la resistencia social que aún existe hacia el feminismo. La lucha feminista, aunque legítima, sigue siendo rechazada o deslegitimada por sectores de la sociedad que la consideran una amenaza. La participación masculina puede contrarrestar estas narrativas, mostrando que la igualdad no es una amenaza, sino una necesidad.

Cuando los hombres participan activamente, también se envía un mensaje claro a aquellos que justifican actitudes y comportamientos machistas: no estamos divididos en esta lucha, y quienes perpetúan la desigualdad ya no tienen el monopolio del poder ni de la narrativa.


Construir una sociedad igualitaria es tarea de todos.

El feminismo no busca relegar a los hombres, sino liberarlos de los roles rígidos que también los limitan y permitir que compartan las responsabilidades de construir una sociedad más justa. La igualdad no será posible mientras los hombres no asuman su responsabilidad en la lucha por ella.

Por eso, participar en manifestaciones feministas no es solo un acto de solidaridad, sino una forma de compromiso con un futuro mejor. Un futuro donde las niñas puedan caminar seguras, donde las mujeres no tengan que demostrar más para obtener lo mismo, y donde los hombres puedan ser parte de la solución y no del problema.




En definitiva, el feminismo no puede ser solo el esfuerzo de una mitad de la población. Necesitamos a los hombres, hombro con hombro, para transformar la realidad y lograr que la igualdad deje de ser un ideal y se convierta en una realidad tangible.

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