Asturias marca el camino: educación gratuita desde la cuna hasta la universidad
Asturias marca el camino: educación gratuita desde la cuna hasta la universidad.
En tiempos de incertidumbre social, de ofensiva neoliberal y privatización rampante, Asturias ha dado un paso firme y valiente: convertirse en la primera comunidad autónoma de España donde la educación pública es gratuita desde los 0 años hasta el título universitario.
Este mismo curso, el Gobierno del Principado ha anunciado que la matrícula del primer año de universidad será gratuita para todos los estudiantes, sin importar su renta familiar. En los años siguientes, la medida se ampliará progresivamente hasta alcanzar la gratuidad total de los estudios universitarios. El camino ya estaba trazado: las etapas de educación infantil, primaria y secundaria llevaban años avanzando hacia la universalidad. Hoy, Asturias consolida una política pública integral que devuelve a la educación su carácter de derecho, no de privilegio.
Un hito histórico y un modelo a seguir.
No estamos ante una medida menor ni simbólica. Se trata de un cambio de paradigma. En una España donde las tasas universitarias siguen siendo una carga para miles de familias trabajadoras, y donde la universidad privada se expande como negocio, Asturias ha dicho alto y claro: la educación es un bien común que debe estar garantizado por el Estado para todas las personas, no un mercado ni una inversión con intereses.
Esta decisión puede ser un punto de inflexión histórico en nuestro país. Si se generaliza, podría romper con décadas de retrocesos sociales y abrir paso a un nuevo contrato social centrado en la justicia educativa y la igualdad real de oportunidades. Porque cuando una comunidad garantiza educación gratuita a lo largo de toda la vida, está rompiendo con la herencia clasista de nuestro sistema educativo.
Implicaciones sociales profundas.
Asturias demuestra que la gratuidad educativa no es solo una medida justa, sino también eficiente y sostenible: por apenas 2,5 millones de euros al año, se está invirtiendo en el futuro de miles de jóvenes. Se está sembrando conocimiento, ciudadanía crítica y cohesión social.
Más aún: al eliminar las barreras económicas, se multiplica el talento disponible para la sociedad, se combate la exclusión, y se refuerza la confianza de la población en lo público. Esta gratuidad es, también, una medida de defensa democrática frente al cinismo de quienes desean convertir la educación en un lujo y la ignorancia en una forma de control social.
Llamamiento a la acción.
Lo que ha hecho Asturias debe replicarse. Este modelo debe convertirse en norma, no en excepción. Es hora de exigir a los gobiernos autonómicos y al Estado central que sigan este ejemplo. Porque garantizar el acceso a la educación superior no solo es posible: es urgente y moralmente inaplazable.
Asturias ha abierto la puerta. Ahora nos toca empujarla entre todas y todos.