Hacia organizaciones progresistas resilientes: medidas para acabar con las oligarquías internas

Hacia organizaciones progresistas resilientes: medidas para acabar con las oligarquías internas.


Las organizaciones progresistas nacen con el propósito de transformar la sociedad hacia mayores niveles de justicia y equidad. Sin embargo, enfrentan desafíos internos que pueden alejarlas de sus ideales, como la consolidación de estructuras oligárquicas, el abandono de la horizontalidad y la dependencia de liderazgos vacíos. Inspirándose en experiencias socialdemócratas y progresistas exitosas, este artículo propone soluciones orientadas a eliminar las dinámicas oligárquicas, construir liderazgos colectivos basados en proyectos claros, fomentar la participación activa de la militancia y garantizar mecanismos de transparencia y deliberación.




1. Construir liderazgos basados en proyectos políticos claros y consensuados.

Un liderazgo efectivo debe evitar caer en personalismos y concentrar el poder. Según Antonio Gramsci, los líderes deben ser "intelectuales orgánicos" que traduzcan las demandas de la base en proyectos colectivos claros. Este enfoque es clave para desmantelar estructuras oligárquicas y asegurar una conexión permanente con la militancia.

Propuestas:

1. Elección directa de liderazgos y listas abiertas:

Experiencias como la del Partido Laborista británico han demostrado que permitir a la militancia elegir directamente a sus líderes y delegados a congresos evita la captura de la organización por élites internas. La elaboración de listas abiertas por parte de las bases garantiza pluralidad y representación diversa.

2. Debates programáticos obligatorios:

En el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los liderazgos deben surgir a partir de debates sobre programas políticos, asegurando que las propuestas estén por encima de los intereses individuales.

3. Formación política continua:

Basándose en las ideas de Paulo Freire, la educación ideológica y técnica de la militancia no solo fortalece los liderazgos, sino que también previene dinámicas de subordinación interna que perpetúan las oligarquías.



2. Fomentar la participación activa de toda la militancia en la toma de decisiones.

La participación activa y directa es una herramienta fundamental para evitar la centralización del poder. Jürgen Habermas sostiene que las prácticas deliberativas fortalecen la legitimidad de las decisiones, eliminando jerarquías innecesarias y dando voz a la militancia.

Propuestas:

1. Elección de delegados a congresos mediante listas elaboradas por la militancia:

En el Partido Laborista británico y el Partido Socialista Francés, la militancia participa activamente en la selección de delegados a congresos. Esto evita que los congresos sean controlados por cúpulas, asegurando que las bases tengan un rol protagónico en las decisiones estratégicas.

2. Asambleas locales con autonomía deliberativa:

En el Partido Socialdemócrata Sueco (SAP), las asambleas locales tienen un papel clave en la construcción del programa político, garantizando que las decisiones reflejen las necesidades y demandas de las bases.

3. Tecnología para la participación masiva:

Herramientas digitales, como las implementadas por los socialdemócratas nórdicos, permiten a la militancia participar en debates, propuestas y votaciones, superando las barreras geográficas y evitando que las decisiones queden en manos de pocos.


3. Establecer mecanismos de transparencia y deliberación para canalizar tensiones internas.

Las oligarquías internas prosperan en contextos de opacidad y desinformación. Como señala Nancy Fraser, la transparencia y los espacios deliberativos son esenciales para evitar que las tensiones internas se conviertan en divisiones paralizantes y para garantizar que el poder sea un instrumento de transformación, no de dominación.

Propuestas:

1. Regulación detallada de los procesos internos:

En el SPD alemán, las reglas internas incluyen normas claras sobre la elección de liderazgos, la gestión de recursos y la resolución de conflictos, previniendo prácticas oligárquicas.

2. Sistemas de mediación democrática:

Los equipos de mediación interna, como los implementados por el Partido Socialista Francés, resuelven conflictos de manera imparcial, evitando que las cúpulas utilicen las disputas como una herramienta de control.

3. Transparencia en la rendición de cuentas:

El SAP sueco publica informes detallados sobre las decisiones tomadas por sus órganos de dirección, fortaleciendo la confianza de las bases y previniendo dinámicas de exclusión o privilegio.


Un ejemplo destacado: el modelo interno del Partido Laborista británico.

El Partido Laborista ha implementado medidas clave para combatir las oligarquías internas y democratizar su estructura:

1. Elección directa del liderazgo:

Desde 2015, los líderes son elegidos por toda la militancia mediante un sistema de voto preferencial, asegurando que representen un consenso amplio.

2. Elaboración de listas de delegados por las bases:

En los congresos, los delegados son seleccionados democráticamente por la militancia, garantizando que las decisiones sean representativas y no controladas por una élite interna.

3. Control democrático de las prioridades estratégicas:

Todas las propuestas programáticas deben ser aprobadas en congresos anuales, donde las bases tienen un rol central en la definición del rumbo político.


Conclusión: acabar con las oligarquías para fortalecer el progreso.

Como afirma Boaventura de Sousa Santos, las organizaciones progresistas deben reinventarse constantemente para evitar las dinámicas oligárquicas que las alejan de sus objetivos transformadores. Las medidas aquí expuestas —basadas en la experiencia de partidos socialdemócratas como el Laborismo británico, el SPD alemán y el SAP sueco— muestran que es posible construir estructuras internas más democráticas, inclusivas y transparentes.

A través de la elección directa de liderazgos, la participación activa de la militancia y la creación de mecanismos de deliberación y rendición de cuentas, las organizaciones progresistas pueden erradicar las oligarquías internas y recuperar su capacidad de transformar la sociedad desde una base profundamente democrática. Esto no solo refuerza su legitimidad, sino que las posiciona como referentes de una política renovada, capaz de responder a los desafíos del presente con coherencia y determinación.

Entradas populares de este blog

La izquierda y el desafío de la comunicación: cómo evitar la trampa de la superioridad moral

El poder de cambiar el discurso: la resistencia palestina según Mohamed Safa