LA CULTURA SIDRERA PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD

LA CULTURA SIDRERA PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD


El 8 de diciembre la UNESCO decide si la cultura sidrera pasa a formar parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad, apoyemos la iniciativa del Gobierno del Principado #AsturiesDeRestallu para que así sea.

La idea de utilizar el color verde de la botella de sidra como símbolo de apoyo para lograr su inclusión como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es una iniciativa creativa y efectiva, ya que este envase es un ícono de la cultura sidrera y fácilmente reconocible.


“Desde este lunes y hasta el próximo 8 de diciembre numerosos edificios emblemáticos de la región se iluminarán de verde, simbolizando el apoyo institucional y ciudadano a esta tradición que aspira a ser reconocida internacionalmente.

Además, el Gobierno autonómico ha invitado a los ayuntamientos, instituciones, y a la sociedad civil a sumarse a la campaña. Bajo el hashtag #AsturiesDeRestallu, se anima a compartir imágenes y vídeos en redes sociales mostrando los edificios iluminados o cualquier actividad relacionada con el apoyo a la candidatura. También se ha habilitado un correo electrónico para recibir materiales audiovisuales relacionados: conseyeriadecultura@asturias.org.” MIGIJÓN 01/12/24


¡Apoyemos y difundamos la iniciativa!



La cultura sidrera merece ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO debido a su profundo arraigo en las tradiciones, identidad y prácticas sociales. Algunas de las razones principales son:


1. Profundo vínculo con la identidad cultural.

La sidra es mucho más que una bebida: representa una forma de vida y es un símbolo de la identidad asturiana. Su producción, consumo y rituales asociados son prácticas que se han transmitido de generación en generación, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la cohesión social.


2. Rituales únicos y significativos.

El escanciado de la sidra, una técnica característica y distintiva, no solo mejora sus cualidades organolépticas, sino que también simboliza hospitalidad, tradición y destreza. Este gesto conecta a las personas en momentos de celebración y convivencia.


3. Conexión con la naturaleza y la agricultura sostenible.

La producción de sidra está intrínsecamente ligada al cuidado de los manzanos y al aprovechamiento de variedades autóctonas. Esto fomenta la sostenibilidad agrícola y protege la biodiversidad, siendo un ejemplo de respeto al medio ambiente.


4. Espacios de socialización únicos.

Las sidrerías y espichas (reuniones en lagares) son lugares de encuentro donde se comparten historias, música, gastronomía y un fuerte sentido comunitario. Estos espacios promueven valores como la amistad, la solidaridad y la cooperación.


5. Diversidad cultural y creatividad.

La cultura sidrera incluye elementos que van más allá del consumo: canciones tradicionales, folclore, festivales y hasta poesía están asociados a esta tradición. Esto refleja la riqueza creativa que rodea a esta práctica.


6. Reconocimiento internacional como elemento distintivo.

La declaración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad pone en valor una tradición local con proyección global, ayudando a preservar su autenticidad frente a posibles amenazas de industrialización o pérdida de relevancia cultural.


Esta distinción no solo honra la tradición sidrera, sino que también la protege y asegura que las futuras generaciones puedan seguir disfrutándola y enriqueciéndola.

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