El impacto positivo del aumento de las pensiones y del salario mínimo en la economía

El impacto positivo del aumento de las pensiones y del salario mínimo en la economía.

El aumento de las pensiones y del salario mínimo interprofesional (SMI) no solo mejora la calidad de vida de los beneficiarios directos, sino que también dinamiza la economía, impulsa el empleo y refuerza la recaudación fiscal. Aunque desde sectores conservadores se argumenta que estas medidas generan un coste excesivo, la realidad es que el dinero invertido en estas mejoras retorna a la economía con un efecto multiplicador que compensa ampliamente su gasto inicial.



1. Aumento de las pensiones: una inversión que se recupera en la economía.

El estudio de Febrero y Bermejo ya demostró que el 41,8% del gasto en pensiones retorna al Estado en forma de impuestos y cotizaciones. Pero, además:

1.1. Mayor consumo y crecimiento del PIB.
  • Los pensionistas gastan la mayor parte de su pensión en bienes y servicios, lo que genera demanda en sectores como alimentación, vivienda, ocio, comercio y sanidad.
  • Este consumo dinamiza la facturación de las empresas, evitando caídas en la demanda y fomentando la estabilidad económica.
  • El impacto es directo en el PIB, ya que cada euro en pensiones genera 1,1 euros de crecimiento económico.
1.2. Creación de empleo y sostenibilidad del sistema.
  • El consumo de los pensionistas sostiene más de 1,2 millones de empleos en España, cifra que aumentará en el futuro con el crecimiento del número de jubilados.
  • Estos empleos generan cotizaciones a la Seguridad Social y recaudación por IRPF, lo que reduce el déficit del sistema de pensiones.
  • Además, la estabilidad laboral de los empleados que dependen del consumo de los pensionistas reduce el gasto en prestaciones por desempleo.
1.3. Reducción de desigualdades y mejora del bienestar social.
  • Aumentar las pensiones, especialmente las más bajas, reduce la pobreza y la exclusión social.
  • Esto disminuye la presión sobre otros gastos sociales del Estado, como asistencia sanitaria o ayudas sociales.
  • Una sociedad con menos desigualdad es más estable y productiva, lo que fortalece la economía a largo plazo.




2. Aumento del salario mínimo: más ingresos, más consumo, más empleo.

El aumento del SMI suele ser criticado por su supuesto impacto negativo en la contratación, pero la evidencia muestra que mejorar los salarios beneficia a la economía en su conjunto.

2.1. Mayor poder adquisitivo y consumo.
  • Cuando los trabajadores ganan más, gastan más, lo que aumenta la demanda en sectores clave como comercio, hostelería, vivienda y ocio.
  • El dinero extra que reciben los trabajadores con sueldos bajos no se ahorra en grandes cantidades, sino que se reinvierte en la economía.
  • Este aumento de la demanda obliga a las empresas a contratar más trabajadores para atenderla, lo que reduce el desempleo.
2.2. Mayor productividad y estabilidad laboral.
  • Un salario digno mejora la motivación y reduce la rotación laboral, lo que aumenta la productividad de las empresas.
  • Las empresas con trabajadores mejor pagados reducen costes en formación y contratación, ya que disminuye la fuga de talento.
  • Las subidas del SMI en España no han destruido empleo, sino que han coincidido con récords de afiliación a la Seguridad Social.
2.3. Aumento de la recaudación fiscal.
  • Los trabajadores con mayores ingresos pagan más IRPF y generan más IVA con su consumo.
  • Las empresas que venden más gracias a la mayor demanda pagan más impuestos por beneficios.
  • Un mercado laboral más estable reduce el gasto público en subsidios por desempleo y ayudas sociales.




3. Impacto conjunto del aumento de pensiones y SMI: un círculo virtuoso.

El aumento de pensiones y del SMI se refuerzan mutuamente en un ciclo positivo:
  1. Más ingresos para pensionistas y trabajadores → Más consumo → Más facturación empresarial
  2. Más demanda → Más empleo → Más cotizaciones y menos paro
  3. Más trabajadores y empresas con beneficios → Más recaudación fiscal
  4. Más ingresos para el Estado → Mejor capacidad para mantener y mejorar el sistema de bienestar
El resultado final es que la economía crece y el gasto en pensiones y SMI se amortiza con creces.




Conclusión: Pensiones y SMI como motores económicos.

Los datos desmienten el mito de que aumentar las pensiones y el SMI es un “lastre” para la economía. En realidad:

Fortalecen la demanda interna, impulsando el crecimiento del PIB.
Sostienen y crean empleo, reduciendo el paro.
Aumentan la recaudación fiscal, compensando parte de su coste.
Reducen desigualdades, mejorando la estabilidad social y económica.

Lejos de ser un problema, las pensiones y el SMI son herramientas clave para un crecimiento económico más justo y sostenible.


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